Dueto buffo escrito por Rossini, sólo consta de la palabra “miau” repetida de múltiples formas que entrañan gran dificultad para sus intérpretes.
G. Rossini tenía un gran sentido del humor y no le hacía ninguna gracia que los cantantes modificaran las partituras de sus óperas en beneficio de su propio lucimiento, osadía en la que, a principios del siglo XIX, las sopranos eran auténticas virtuosas. No nos encontramos ante una certeza, pero lo que si conocemos es que se trata de una pequeña pieza musical para piano y dos voces femeninas, generalmente soprano y mezzosoprano, y la sorpresa que causó en el público del siglo XIX cuando el gran Rossini hizo cantar a dos gatos en honor a un par de gatos que todas las mañanas venían a visitar al maestro a la ventana de su casa de Padua.
Vivimos en un mundo lleno de sonidos de forma que, estemos donde estemos siempre suena algo. El sonido se produce cuando un objeto vibra. Esta vibración se transmite a través de ondas sonoras que son detectadas por nuestro oído produciendo en nuestro interior una sensación llamada audición. En estas botellas el elemento vibrante es el aire, de forma que actua como una flauta de pan. Para modificar la altura del sonido, basta con llenar con mayor o menor cantidad de agua estas botellas de cristal.
MOZART, MÚSICA EMBOTELLADA
ALGO VIBRA, ALGO SUENA
¿Quién dijo que para crear música fuese necesario gastar dinero en un instrumento musical?
Vivimos en un mundo lleno de sonidos de forma que, estemos donde estemos siempre suena algo. El sonido se produce cuando un objeto vibra. Esta vibración se transmite a través de ondas sonoras que son detectadas por nuestro oído produciendo en nuestro interior una sensación llamada audición. En estas botellas el elemento vibrante es el aire, de forma que actua como una flauta de pan. Para modificar la altura del sonido, basta con llenar con mayor o menor cantidad de agua estas botellas de cristal.
Es sorprendente pero se puede crear música con prácticamente cualquier cosa.